martes, 18 de abril de 2017

EL ARTE MESOPOTAMICO

EL ARTE MESOPOTÁMICO


INTRODUCCIÓN

Mesopotamia es una fértil llanura aluvial por donde discurren los ríos Tigris y Éufrates. Ya en el sexto milenio a. C. pueblos nómadas se asentaron en esta región, se dedicaron a la agricultura y se agruparon en pequeños poblados. La riqueza de la zona provocó la aparición de diferentes oleadas invasoras. En consecuencia surgieron jefes militares que controlaban la economía; la población se fue concentrando en las ciudades y hacia el 3000 a.
C. apareció la escritura.

Mesopotamia fue una encrucijada tanto geográfica como cultural y las continuas invasiones se plasmaron en el arte.

En la baja Mesopotamia encontramos dos pueblos: los sumerios y los acadios que se agrupan en ciudades-estados y viven en continuas luchas hegemónicas. El rey acadio Sargón el Viejo unificó ambos territorios hasta la invasión de pueblos procedentes de las montañas de Zagros. Durante el periodo neosumerio la baja Mesopotamia vuelve a unificarse y consigue una gran prosperidad económica y cultural. Tras diferentes luchas dinásticas, estos pueblos se unirán formando los imperios babilónicos.

Sumerios y acadios crearon las ciudades-templo y una civilización burocrática. Las obras de arte sirvieron para glorificar a las divinidades, pero también para atraer su protección.

En el norte, los asirios fundaron un gran imperio basado en su poderío militar. Introdujeron el hierro y el caballo como animal de carga, y sus reyes fueron grandes guerreros. Construyeron palacios-fortaleza y en los relieves representan escenas de conquista y sumisión de pueblos. Las manifestaciones artísticas, en concreto los palacios,exaltarán el poder y la fuerza de los reyes.                                                                                        Mapa de Mesopotamia                                                              
CARACTERÍSTICAS GENERALES

En cuanto a la arquitectura cabe destacar la aparición de las primeras ciudades-Estado. Éstas se rodeaban de murallas, las viviendas se disponían unas junto a las otras y las calles tenían un trazado irregular.
Ante la falta de piedra, el material empleado era el adobe (placa de arcilla secada al sol) o el ladrillo (placa de arcilla cocida). En el centro de la ciudad se situaba el palacio, construido sobre terrazas para aislarlo de la humedad, dentro de cuyo recinto se encontraban diferentes dependencias y el zigurat, torre piramidal en la que se situaba el templo.                                                                                                            Palacio y zigurat 
Desgraciadamente los restos conservados son escasos debido a la pobreza de los materiales y a la acción de las corrientes fluviales.

La escultura es de pequeño tamaño debido a la escasez de piedra; se hace especial hincapié en el rostro (ojos engastados y de gran tamaño, expresión seria); las manos aparecen juntas delante del pecho; y los trajes tienen inscripciones cuneiformes.

En los bajorrelieves las figuras aparecen distorsionadas: cabeza, piernas y pies de perfil; ojos, tocado y torso, de frente. Además no saben representar la perspectiva ya que todas las figuras tienen el mismo tamaño y se sitúan en filas. Los temas predominantes son las escenas de caza, las guerras y los animales fantásticos.

La pintura decoraba los relieves y edificios pero ha desaparecido. Algunos restos nos muestran que los colores más utilizados eran el blanco, rojo, azul y negro; y que los temas se transmitían de unos pueblos a otros.

La glíptica: El desarrollo económico provocó la aparición de sellos para dar validez a los contratos escritos. Los sellos se realizaban en piedra, pasta dura, madera o metal; y su superficie estaba grabada con un dibujo en miniatura.

A continuación, pasamos a estudiar el arte de los diferentes pueblos mesopotámicos:


 ARTE SUMERIO

Ante la escasez de madera y piedra, los constructores tuvieron que utilizar adobes y ladrillos, que por su débil consistencia no permitían la arquitectura arquitrabada. De este modo, la disposición radial de pequeños adobes o ladrillos dio lugar a la invención del arco. La bóveda surgió por el adosamiento de series de arcos unos tras otros.

La mayoría de las manifestaciones artísticas tienen una función religiosa. La arquitectura apareció con el Templo Blanco de Warka a comienzos del III milenio a. C., precedente del modelo de templo mesopotámico escalonado. La decoración de los templos se realizaba a base de mosaicos policromos con temas geométricos en el exterior, y con frescos en el interior, donde se mezclaban temas geométricos, animalísticos y humanos.
  
Progresivamente irán apareciendo una serie de obras con carácter conmemorativo, entre las que destacan:

El Estandarte de Ur, mosaico con incrustaciones de concha y nácar localizado en una tumba, muestra la conmemoración de una victoria bélica. Tiene forma trapezoidal, y está decorado por todos sus lados. Las caras están divididas en frisos y una muestra una escena de guerra y otra de paz.
  


Agregar leyenda












La estela de Enatum, conocida también como estela de los buitres, se realizó con una doble finalidad, conmemorativa (los enemigos vencidos son devorados por aves rapaces o atrapados en una red) y práctica (para señalar, a modo de mojón, el territorio conquistado).


El bajorrelieve de Ur-Nanshe es una placa en la que aparece este personaje en dos escenas: una, conmemorando la construcción del templo, y otra, ofreciendo libaciones.
                                                                                                                                               

También se han encontrado esculturas de bulto redondo en los templos de Ur, Diyas y Mari. Se trata, en su mayoría, de figuras orantes con el vaso de las libaciones en sus manos; destacan por su hieratismo y sus enormes ojos.







ARTE ACADIO

Cuando Sumer es conquistada por los acadios (hacia el 2500 a. C.), las estelas conmemorativas alcanzan una mayor perfección y realismo. Un ejemplo es la estela de Naram-Sim.








Esta estela conmemora la victoria del rey Naram-Sim gracias a la protección  de  los dioses, simbolizados por astros.  La composición presenta novedades: el tema se adapta a la forma triangular de la estela, y los personajes van ascendiendo hacia Naram-Sim representado en un mayor tamaño, en la parte superior.








El periodo neosumerio (final del III milenio a. C.) conocido como III dinastía de Ur, busca una renovación de la cultura sumeria. Nos han llegado restos de templos y palacios, pero cabe destacar la estatua de Gudea sedente (rey de Lagash).


Escultura realizada en diorita. Gudea aparece tocado con un turbante y su vestimenta forma una superficie plana delante de las piernas, sobre la que aparece grabada una oración. El artista cuida el tratamiento de la musculatura en el brazo y hombro derechos, que no están cubiertos por el manto.











La hegemonía babilónica corresponde a la primera mitad del II milenio
a.C. La pieza más significativa es la Estela de Hammurabi, relieve que relata la presentación del rey ante el dios solar Sharma; sobre ella, en la parte inferior, está grabado el código de Hammurabi.














El Código de Hammurabi, datado hacia el año 1692 a. C., es uno de  los  primeros conjuntos de leyes que se han encontrado y uno de los ejemplos mejor conservados de este tipo de documento de la antigua Mesopotamia. Fue colocado en el templo de Sippar; igualmente se colocaron varios otros ejemplares a lo largo y ancho del reino. El objeto de esta ley era homogeneizar jurídicamente el reino de Hammurabi. De este modo, dando a todas las partes del reino una cultura común, se podía controlar el todo con mayor facilidad.
Las leyes del Código de Hammurabi están inscritas en babilonio antiguo y fijan diversas reglas de la vida cotidiana. De este modo conocemos:
-La jerarquización de la sociedad: existen tres grupos, los hombres libres, los  "muskenu" (quienes se especula podrían ser siervos o subalternos) y los esclavos.
-Los precios.
-Los salarios: varían según la naturaleza de los trabajos realizados.
-La responsabilidad profesional: un arquitecto que haya construido una casa que se desplome sobre sus ocupantes y les haya causado la muerte es condenado a la pena de muerte.
-El funcionamiento judicial: la justicia la imparten los tribunales y se puede apelar al rey; los fallos se deben plasmar por escrito.
-Las penas: aparece inscrita toda una escala de penas según los delitos y crímenes cometidos. La base de esta escala es la Ley del Talión.
Se tratan también el robo, la actividad agrícola (o pecuaria), el daño a la propiedad, los derechos de la mujer, los derechos en el matrimonio, los derechos de los menores, los derechos
de los esclavos, homicidio, muerte y lesiones. El castigo varía según el tipo de delincuente y de víctima.



Durante la segunda mitad del II milenio a. C. se produjeron las invasiones de hititas y casitas. Éstos se limitaron a copiar las formas artísticas ya establecidas. La aportación hitita es el hilani, palacete edificado sobre una plataforma. En el exterior se encontraba un vestíbulo sostenido por columnas, en el que se cree tuvo su origen el palacio persa.




ARTE ASIRIO

El carácter guerrero y conquistador de los asirios hizo que construyeran ciudades cuidadosamente fortificadas como Jorsabad, Nínive y Asur. Dentro de la muralla se situaba el palacio formado por una serie de patios yuxtapuestos de los que salían las diferentes estancias. El templo sigue incorporado al palacio, y los sacerdotes pierden su hegemonía en favor del rey.
El arte asirio dio especial importancia a la decoración de los palacios a través de esculturas exentas de animales fantásticos (como el Toro alado del palacio de Jorsabad) y relieves que relataban hechos gloriosos del monarca o escenas de cacería. Las paredes interiores se cubrían con pinturas o ladrillos esmaltados y en los bajos se colocaban placas de alabastro con bajorrelieves.





Toro alado del palacio de Jorsabad.
La escultura exenta estaba subordinada a la arquitectura, de modo que los toros y leones alados, guardianes de las entradas de los palacios asirios, se pliegan al principio de la frontalidad, hasta el punto de representar cinco extremidades: si se miran de frente, se ven dos de ellas y su actitud es reposada; de perfil, se ven cuatro extremidades y en movimiento; con ello el espectador podía ver el animal completo desde cualquier punto.



  
Senaquerib (705-681 a. C.), hijo y sucesor de Sargón II, mandó construir el palacio de Nínive y fue decorado con relieves de carácter documental, ya que narran las campañas del rey en Babilonia, Elam, etc. En estos relieves se observa el interés por representar el paisaje.
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Ya en época de Asurbanipal (668-626 a. C.), en el mismo palacio, los relieves muestran mayor preocupación por lograr la perspectiva a base de escenas superpuestas (en las que la altura de los personajes aumenta o disminuye según el lugar que ocupen), así como mediante el uso de líneas diagonales. La figura humana aparece con una serie de convencionalismos (barba rígida, modelado abundante) mientras que los animales logran un gran vigor expresivo.


   

El relieve asirio llegó a su perfección en las escenas de cacería de leones: La leona herida, de gran dramatismo y belleza, es el más conocido, donde se combinan tensión y rigidez, fuerza y desfallecimiento.



 ARTE NEOBABILÓNICO

La civilización y  el arte asirios  se vieron desplazados por el  resurgir babilónico.
Nabucodonosor (605-562 a. C.) fue el protagonista y promotor del enriquecimiento monumental de Babilonia y otras ciudades. Estas edificaciones fueron destruidas, pero se sabe que Babilonia estaba fuertemente fortificada, y de todo su conjunto destacaba la Puerta de Ishtar, recubierta con ladrillos esmaltados policromos que formaban orlas de rosetas y figuras de animales caminando con solemnidad.








ARTE PERSA

Los persas, también denominados aqueménidas, eran una tribu indoeuropea del Irán, que vivía en las montañas al sudeste de Susa. Cuando Ciro subió al trono en el 557 a. C. se inicia el esplendor persa ya que conquistaron todo el Próximo Oriente, hasta la llegada de Alejandro Magno en el 331 a.C.
Los monarcas persas detentaron un poder absoluto que se reflejó en los palacios y tumbas.

Entre sus manifestaciones artísticas, la arquitectura se caracteriza por la monumentalidad. Sus palacios (Pasagarda, Persépolis, Susa) son una síntesis de elementos propios y de otras culturas (sala hipóstila de influencia egipcia; columnas con reminiscencias jónicas).
Estos palacios eran construidos, como en Asiria, sobre una plataforma y los constituían una serie de salas que se comunicaban con patios yuxtapuestos e independientes. La apadana o sala de audiencias era de planta cuadrada, de grandes dimensiones y con un gran número de columnas de esbelto fuste, basamento campaniforme y capiteles con figuras de animales (leones, toros).


Los relieves decoraban los muros de las escaleras y rampas de acceso al palacio. Predominan tres grupos temáticos: la lucha entre el toro y el león; el rey sostenido por figuras alegóricas; y largas procesiones de elegantes figuras que rinden homenaje al rey o llevan tributos.

En Susa las decoraciones se hacían a base de cerámica vidriada. Destacan los animales monstruosos como el friso de los grifos, y personajes como el friso de los arqueros, ataviados con vistosos trajes cuyas calidades y estampados se tratan con gran esmero.

Dentro de la arquitectura funeraria, la Tumba de Ciro era un edículo de piedra de planta rectangular, cubierta a dos aguas y asentado sobre una pirámide de seis escalones, inspirada en un zigurat mesopotámico, y de posible influencia helénica.
Por influencia egipcia adoptaron la tumba excavada en la roca (hipogeo) con fachada en forma de cruz griega, como las de Artajerjes II y Darío I. Su fachada recuerda la de un palacio con puerta adintelada flanqueada por un pórtico de columnas ciegas, que sostienen una plataforma en la que hay un relieve del rey orante ante el altar del fuego; bajo él las figuras alegóricas o las provincias dominadas.



martes, 27 de diciembre de 2016

LITERATURA ANTIGUA – EL POEMA MAS ANTIGUO – SUMERIA


            LITERATURA MESOPOTÁMICA.

En la confluencia y desembocadura de los ríos Tigris y Eúfrates surgió la civilización sumeria, la primera que sintió la necesidad de dejar constancia de su pensamiento, sus normas sociales, su religión y sus mitos y leyendas. Los sumerios inventaron la escritura y con ella dieron comienzo a la Historia y a la Literatura, en un sentido estricto.

La escritura cuneiforme sumeria la conservamos en piezas de alfarería, sellos y tablillas de arcilla.  El contenido de estos primeros documentos podemos clasificarlos en tres grandes bloques:

a)        Textos que tratan sobre la estructura de la sociedad mesopotámica. En ellos encontraremos documentos administrativos, económicos y legales: pagarés, testamentos, contratos matrimoniales, escrituras de compra- venta, sentencias, etc.

b)        Textos de contenido religioso, legendario y mítico en los cuales aparecen motivos temáticos, personajes y situaciones que se repetirán en civilizaciones posteriores (asiria y hebrea, esencialmente).

c)         Textos de carácter proverbial y didáctico.

El segundo y tercer tipo de documentos son los que podemos y debemos considerar específicamente como literatura, aunque en el caso de los de temática religiosa y mítica podamos discutirlo basándonos en la idea de la intención artística.

Con posterioridad a Sumer, en la misma zona geográfica surgieron las civilizaciones babilónica y asiria, que se extenderán en el espacio hasta Oriente Medio y en el tiempo hasta la época de Jesucristo, aproximadamente. Estas civilizaciones siguieron utilizando la escritura cuneiforme, aunque su lengua era diferente a la de Sumer (tanto el asirio como el babilónico son dialectos del acadio). Como sucedía en Sumer, los textos conservados pueden agruparse en diferentes bloques, dependiendo de su temática:

a)        Un grupo de documentos son de contenido científico y, sobre todo, administrativo y jurídico. Dentro de esta categoría destaca por encima de otros el Código de Hammurabi.

b)        Un segundo grupo lo forman las obras que podemos considerar de tipo literario. Entre ellas debemos destacar el Poema de la Creación, en el que se nos relata el origen del mundo como batalla entre el caos y el orden y, sobre todo, el Poema de Gilgames h. A parte de los anteriores, se conservan un gran número de obras más o menos completas, bien de contenido épico o bien mitológico, así como algún texto de género satírico.




Buena parte de la literatura asirio-babilónica la conservamos gracias a la labor que el rey asirio Assurbanipal llevó a cabo, construyendo una de las primeras grandes bibliotecas de la historia en la capital de su reino, Nínive, en el siglo VI a. C.

Los sumerios eran totalmente dependientes de los dioses, eran “carne de los dioses”, creyendo que habían sido creados por ellos y a los que les debían la existencia, asumiendo que habían nacido para ser sus servidores.

No tenían el sentimiento de pecado y de culpa que marca nuestra herencia judeo-cristiana. Eran pueblos supersticiosos a los presagios y a los sueños, principalmente los soberanos que estaban pendientes del futuro incierto y se cargaban de amuletos para conjurar los futuros males, quizás por la falta de intimidad en la práctica religiosa, ya que la religión oficial era ceremonial y al no ser intimista impedía satisfacer las necesidades más profundas que emanan de la meditación. Creían en lo que percibían por los sentidos, sin que la religión fuera un refugio donde abrigarse cuando no se tiene respuesta con la que capear los avatares de la vida. No esperaban encontrar el paraíso después de la muerte, creyendo que nada se muere del todo, pasando a formar parte de una energía que se renueva a sí misma sin parar.


POEMA DE GILGAMESH: UN VIAJE FALLIDO A LA INMORTALIDAD.

El texto.

El mito de Gilgamesh tiene un origen sumerio que se remonta al quinto milenio antes de Cristo. La primera redacción del texto literario que conocemos como Poema de Gilgamesh data, aproximadamente, del 2000 a. C. De esta versión se conservan muy escasos fragmentos inconexos. El grueso de la obra lo conocemos a través de las doce tablillas de arcilla encontradas en la biblioteca del rey Assurbanipal (668-626 a.C.), en Nínive. Esta copia está escrita en lengua asirio-babilónica.

Hace casi cinco mil años, un hombre gobernó Uruk: Gilgamesh. Pronto entró en la leyenda, convertido en protagonista de la primera epopeya de la historia, un dramático relato sobre la búsqueda de la inmortalidad. «Aquel que todo lo ha visto, que ha experimentado todas las emociones, del júbilo a la desesperación, ha recibido la merced de ver dentro del gran misterio, de los lugares secretos, de los días primeros antes del Diluvio. Ha viajado a los confines del mundo y ha regresado, exhausto pero entero. Ha grabado sus hazañas en estelas de piedra, ha vuelto a erigir el sagrado templo de Eanna y las gruesas murallas de Uruk, ciudad con la que ninguna otra puede compararse»

Resumen del contenido.

Este poema heroico recibe el nombre de su héroe, Gilgamesh, un despótico rey de Babilonia que gobernó en la ciudad de Uruk, conocida en la Biblia como Erech (actual Warka, en Irak). Según la leyenda, los dioses escuchan las oraciones de los oprimidos ciudadanos de Uruk y envían a un hombre salvaje y brutal, Enkidu, que reta a Gilgamesh a una lucha sin tregua. Concluida la batalla, sin que ninguno de los contendientes resulte claramente victorioso, Gilgamesh y Enkidu se hacen grandes amigos. Emprenden viaje juntos y comparten numerosas aventuras. Los relatos sobre su heroísmo y valentía al enfrentarse con bestias peligrosas se difundieron por muchos países.
Cuando los dos viajeros regresan a Uruk, Ishtar, diosa protectora de la ciudad, proclama su amor por Gilgamesh. Éste la rechaza y la diosa envía al Toro del Cielo para destruir la ciudad. Gilgamesh y Enkidu dan muerte al toro y, como castigo por participar en esta hazaña, los dioses condenan a muerte a Enkidu. Tras su muerte, Gilgamesh recurre al sabio Utnapishtim para descubrir el secreto de la inmortalidad. El sabio le cuenta la historia de una gran inundación (cuyos detalles son tan similares a los posteriores relatos bíblicos sobre el diluvio que han despertado el interés de los especialistas). Tras muchas vacilaciones, Utnapishtim revela a Gilgamesh que la planta que confiere la eterna juventud se encuentra en las profundidades del mar. Gilgamesh se sumerge en las aguas y encuentra la planta, pero una serpiente se la roba en el camino de regreso y el héroe, desconsolado, regresa a Uruk para terminar sus días.


“Gilgamesh, ¿por qué vagas de un lado para otro?
La Vida que persigues no la encontrarás jamás.
Cuando los dioses crearon la Humanidad,
asignaron la muerte para esa Humanidad,
pero ellos retuvieron entre sus manos la Vida.
En cuanto a ti, Gilgamesh, llena tu vientre,
vive alegre día y noche,
que tus vestidos sean inmaculados,
lávate la cabeza, báñate,
atiende al niño que te tome de la mano,
deleita a tu mujer, abrazada contra ti.
¡Tal es el destino de la Humanidad!”


Estructura.

Del Poema de Gilgamesh conservamos doce tablillas de arcillas. En el texto podemos establecer dos partes muy diferenciadas:

Primera parte.
•           Gilgamesh ejerce su poder tiránico sobre Uruk.
•           Los dioses envían a Enkidu para que se enfrente al rey.
•           Enkidu, creado de arcilla y con apariencia casi animal, se humaniza.
•           Enkidu y Gilgamesh luchan y de la lucha nace la amistad.
•           Ambos héroes asumen la misión de acabar con el mal.
•           La diosa Ishtar se enamora de Gilgamesh, pero éste la rechaza.
•           Enfermedad y muerte de Enkidu.

Segunda parte.-
•           Gilgamesh inicia un viaje en busca de la inmortalidad.
•           Encuentro con Utnapishtim, superviviente del diluvio.
•           Encuentro de la inmortalidad y posterior pérdida.
•           Gilgamesh vuelve a Uruk y acepta su mortalidad.

La primera parte de la epopeya gira en torno al tema del bien y el mal y de la lucha entre ambos, mientras que la segunda parte se centra en la búsqueda de la inmortalidad y del sentido de la vida humana, para acabar con la resignación del personaje principal que, si bien no ha conseguido la inmortalidad, sí ha logrado que su nombre y el recuerdo de sus actos venza el tiempo.
En la primera parte, el protagonismo de la acción reside en la pareja Gilgamesh-Enkidu, mientras que   la segunda parte se centra casi exclusivamente en la figura del rey.

Temas.

•           El bien y el mal.
•           La civilización y la barbarie, lo humano y lo animal.
•           La amistad y el amor como causa civilizadora.
•           La muerte.

Algunas interpretaciones.

Se han planteado diversas interpretaciones de este mito, ya de por sí bastante explícito en su temática. La explicación más general es la de quienes lo definen como una alegoría que trata el problema del hombre ante la muerte y la búsqueda de la inmortalidad. Desde este punto de vista, el mito ejemplificaría mediante una sola figura las diferentes actitudes de los hombres frente a la muerte: aceptación teórica; rechazo al ser consciente de ella en la persona de alguien querido; repulsión ante la descomposición física; deseo de vencerla por cualquier modo, y una especie de resignación antes de un último intento de, cuando menos, retrasarla lo máximo posible.
Kirk interpreta la epopeya como una investigación mítica de las diferencias entre lo salvaje y lo civilizado.

 En primer lugar, subraya el salvajismo originario de Enkidu, al que se hace nacer en la estepa, con el cuerpo cubierto de pelo y alimentándose como los animales. Valdría la pena señalar también que, apuntalando aún más este salvajismo, algunas representaciones iconográficas mesopotámicas muestran a un supuesto Enkidu como un híbrido de hombre  y toro, un ser con cabeza humana y la parte inferior y la cola de toro; una especie de Minotauro invertido.

Para Kirk, Enkidu no sólo es un salvaje, sino más concretamente la antítesis del hombre, tanto por su forma de obrar como por el hecho de ser una «imagen» (un reflejo invertido) de Gilgamesh. Cuando es iniciado por la prostituta en el amor, en la vida en comunidad y en el alimento cocido -es decir, cuando se le instruye acerca de los beneficios de la cultura, Enkidu reniega del salvajismo en el que nació, cazando leones y lobos. Se ha vuelto completamente civilizado y lo demuestra rechazando a sus antiguos compañeros, que ya antes le habían rechazado a él.

Pero, a pesar de los beneficios de este nuevo estado, Enkidu recordará con nostalgia su origen salvaje cuando, a causa de sus hazañas al lado de Gilgamesh, enferme mortalmente; y llegará a maldecir los pasos que le han llevado hasta su estado civilizado: el pastor que lo vio en la estepa y la prostituta que lo instruyó en la vida en comunidad. Kirk conjet ura que el origen de esta maldición reside en que, para Enkidu, la principal causa de su agonía está en su paso de lo salvaje a lo civilizado.

Motivos recurrentes.

En esta epopeya mesopotámica encontramos multitud de motivos temáticos y estructurales que serán utilizados con posterioridad en otras obras.

•           El personaje Utnapishtim es una primera versión de Noé, superviviente de un diluvio que asola la tierra.
•           Gilgamesh debe afrontar una serie de pruebas, al igual que Heracles en la mitología griega.
•           El enfrentamiento entre dioses y hombres y sus relaciones en un mundo mítico es algo que también podemos comprobar en diferentes mitologías: la Biblia nos relata la alianza de Dios y el hombre, los dioses grecorromanos interactúan con los hombres constantemente, Art uro y Merlín representan la misma idea.
•           El motivo del viaje que lleva a Gilgamesh a conocer y asumir su propia esencia lo veremos desde el Éxodo y la Odisea hasta la literatura beatnik norteamericana.
•           El tema del paso del estado animal hacia el civilizado, protagonizado por Enkidu, y la ref lexión sobre lo animal y lo humano.
•           La lectura última del texto, de la que extraemos la idea de que somos “seres para la muerte” y de que en ello reside precisamente la esencia de lo humano lo encontraremos en períodos literarios posteriores: Edad Media, Barroco (Quevedo y su cotidie morimur) y, por supuesto, en toda la literatura existencial del siglo XX.

 















Enlaces sugeridos:

Biblioteca Pelyades:

National Geographic - La epopeya de Gilgamesh

Lengua y escritura Sumeria

Apuntes sobre los orígenes de nuestra civilización, Daniel Company Seba.




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