ALQUIMIA, BANDA INVITADA AL CONCIERTO DE NIGTHWISH
Lo que define a un hombre no es la forma de caer es la forma en la que ha de levantarse. (Alberto Rionda).
Tras consumarse la despedida de una de las formaciones más respetadas y
admiradas de la escena española AVALANCH, a principios del pasado año 2013 el
compositor y guitarrista Alberto Rionda se ponía manos a la obra y empezaba a
trabajar en la composición de los temas que formarían parte de su nuevo
proyecto ALQUIMIA. Poco a poco, a través de las redes sociales, se
fueron desvelando tanto los músicos que le acompañarían, como todos los
detalles de esta nueva obra.
Desde que la nueva formación nos ofreciera los primeros anticipos del
disco quedaba clara la férrea voluntad de Alberto Rionda de regresar a
ese power metal rápido, técnico y melódico que caracterizó obras como “Llanto
De un Héroe” (1999), o “El Ángel Caído” (2001). De modo que con la edición de
su prometedor debut, la dupla formada por el guitarrista Alberto Rionda y el
vocalista Israel Ramos conseguía colmar las expectativas creadas por todos sus
seguidores, logrando crear una conexión que vinculaba directamente los
trabajos anteriormente citados con el nuevo material compuesto por el excelso
guitarrista ovetense.
Aunque a tenor de lo visto durante los primeros compases del show resultaba obvio que las nuevas composiciones de Alberto Rionda siguen conservando toda la fuerza y la garra powermetalera, lo cierto es que la expectación y la impaciencia por ver a la banda interpretar alguno de los clásicos de AVALANCH podían palparse en el ambiente. Así que la euforia se desató definitivamente cuando Israel presentó el perturbador “El Ángel Caído”, con el que consiguieron poner, por primera vez, la sala patas arriba. Mucha curiosidad había por ver como defendería el vocalista catalán los temas de la anterior formación del guitarrista, y en honor a la verdad hay que decir que Israel superó el reto con sobrada solvencia, haciendo suyos los temas, dándoles su toque personal pero sabiendo conservar intacta su esencia y personalidad.
La velocidad, la caña y el recuerdo volvían a hacer acto de presencia con
ese legendario himno épico que es "Pelayo", que significó el primer
recuerdo a "Llanto De Un Héroe", proponiéndonos un viaje a
finales de la década de los noventa que serviría para
escenificar la estrecha conexión existente entre el pasado y el presente del
guitarrista asturiano. La vuelta al material más reciente del quinteto estuvo
marcada por el complejo "Lagunas De Sal", creando diferentes
atmósferas y ambientaciones, en las que brillaron con luz propia tanto la
compacta base rítmica,- formada por un activo Rubén Lanuza y un preciso Leo
Duarte-, como las sugerentes orquestaciones introducidas por los teclados de
Chez García.
Tampoco faltaron los pasajes repletos de virtuosismo neoclásico contenidos
en el arranque del medio tiempo "La Cuna De Arce", que fue coreada
con verdadera devoción por todos los presentes, consiguiendo ganarse, desde ya,
la consideración de auténtico clásico para todos los fans de ALQUIMIA.
A continuación, nos ofrecieron el efectivo "La Fuente Dorada",
una nueva muestra de ese power metal repleto de pinceladas sinfónicas, coros
grandilocuentes y virtuosismo guitarrero con el que el quinteto sellaba,
definitivamente, el pacto con sus seguidores, desatando, aún más si cabe, la
euforia al atacar Israel esos espeluznantes agudos que servirían de
preámbulo para un virtuoso ejercicio solista a cargo del maestro
Rionda.
Con la sala sumida en un rotundo ambiente festivo, con todos los presentes
coreando ese característico “Oe…Oe…Oe…”, llegaba el momento de una nueva dosis
de nostalgia de manos de la emocionante “Antojo De Un Dios”, que nos dejó a un
Israel intenso y emotivo, consiguiendo transmitir con su notable interpretación
toda la emoción y la magia del tema, para posteriormente pisar el acelerador al
máximo para ofrecernos esa clásica cabalgada powermetalera que protagonizaría
“La Llama Eterna”. Una lástima que el tema quedara un tanto
deslucido por los problemas que tuvo Rionda con su instrumento, unos
contratiempos que obligaron al guitarrista a cambiar su característica
Ibanez blanca por un modelo clásico de Gibson. Sin abandonar el legado de la mítica
formación asturiana, la encargada de proseguir el show fue la grandiosa
“Xana”,- una auténtica delicia el volver a disfrutar de esta
excelente composición contenida en aquel legendario “El Ángel Caído”-, con la
que consiguieron emocionar a más de uno de los presentes, además de
ser la elegida para cerrar esta primera parte del show.
El sprint final de su arrolladora presentación estuvo protagonizado
por “Torquemada”, que nos dejó otra nueva exhibición a cargo de una banda que
lo dio todo sobre las tablas, especialmente Israel que, tal y como reconoció el
propio Rionda, se dejó la voz y el alma en cada uno de sus estratosféricos
agudos, sin perder en ningún momento su eterna sonrisa. Las encargadas de poner
la guinda al pastel fueron “Sacrificio”, uno de los temas más potentes e
incisivos de su debut, y la “Morada Del Alquimista”, que con su pegadiza
melodía medieval servía para ratificar el triunfo absoluto de una banda que,
tras finiquitar su actuación, tuvo que permanecer varios minutos en
escena para recibir todo el cariño y la admiración de sus
incondicionales.
Pocas veces he visto en directo a una formación que con tan solo un
álbum publicado se embarqué en un show de más de dos horas de
duración, pero ya desde su misma génesis estaba claro que los ALQUIMIA
de Alberto Rionda no son una banda al uso, ya que además de la excelsa
brillantez de sus propias composiciones, el quinteto, y muy especialmente su
ideólogo y principal compositor, tiene a su disposición a la hora de
confeccionar el repertorio todo un catálogo de verdaderos himnos del power
nacional. Si ya después de escuchar su debut el quinteto se
posicionaba como uno de los máximos referentes del metal en nuestro país, tras
presenciar su directo no me cabe la menor duda de que ALQUIMIA son
una formación que está llamada a ofrecernos grandes discos y
conciertos durante los próximos años.
NIGHTWISH siempre ha sido sinónimo de virtuosa perfección. Capaces de evocar
sueños fantásticos y llegar a lo más íntimo de tu ser con sus majestuosas
composiciones sinfónicas.
"Endless Forms Most Beautiful" es su última creación, en la que
Floor Jansen, su flamante vocalista, devuelve a la banda la grandeza con sus
maravillosas y versátiles dotes vocales.
Acontecimiento único y exclusivo, dadas las últimas declaraciones donde
Tuomas Holopainen anuncia un "retiro" temporal de cuatro años de la
banda.
Los grandes temas que han convertido a Nightwish en lo que hoy en día es
siempre permanecerán: "Nemo", "Wish I Had An Angel",
"Bye Bye Beautiful" o "Storytime" se unen a los nuevos
"Èlan" o el tema que dá título al nuevo disco.
Obligada cita para todos los fans de la música, porque, en definitiva,
Nightwish traspasa las fronteras y definiciones del metal sinfónico.
¡No pierdas esta última oportunidad en años de ver a Nightwish en
directo!
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